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Análisis

Rock of Ages 3: Make & Break

La tercera entrega de Rock of Ages llega con el editor de mapas como su principal novedad

Rock of Ages 3: Make & Break

La saga Rock of Ages, desarrollada por ACE Team, nunca tuvo grandes cambios desde su primer lanzamiento en 2011. Su base es siempre la misma y es lo que cautiva a un nicho específico de jugadores: un título que mezcla Tower Defense con la extravagancia de conducir rocas de diferentes formas y composiciones a través de sinuosos recorridos.

Esta sencilla premisa se complementa con un estilo artístico bien marcado, que mezcla elementos 3D con 2D, pero también con un humor que es sin dudas uno de sus pilares inconfundibles (a lo que sus creadores reconocen una enorme influencia de Monty Python). Su historia nos llevará a través de diferentes épocas temporales, interactuando con más de una docena de personajes históricos con un absurdo divertidísimo.

Rock of Ages 3: Make & Break, disponible para PlayStation 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch, divide sus contenidos en dos grandes aristas, las cuales en cierto punto se interconectan. 

Por un lado, su Modo Historia, que cuenta con desafíos segmentados por diferentes estilos, los cuales van rotando entre la defensa de torres y los trayectos con objetivos marcados.

Mientras que en una segunda instancia tenemos el editor de niveles, la gran novedad de este juego. Con un detallado tutorial a cargo de Napoleón, este modo de creación tiene todos los elementos tradicionales. También nos ofrece una enorme flexibilización al momento de utilizar nuestra creatividad para dar a vida a complejos y coloridos niveles.

Como mencionaba más arriba, hay una interconexión entre la creación y su vertiente jugable, ya que antes de ponernos a hacer magia con el editor, nos pide primero que elijamos hacia qué modo de juego está destinado el escenario que estamos fabricando.

Una vez que lo tenemos listo (es decir, que es 100% jugable), el mapa es subido a la comunidad de Rock of Ages 3, en donde otros usuarios pueden probarlo y viceversa, así como también nosotros podemos sumergirnos en todas las creaciones que otros jugadores realizan. Si bien la parte de la edición no es lo mío, estuve probando algunos de estos mapas hechos por otras personas (podemos filtrar por valoración, más jugados y tipo de mapa) y la verdad es que hay algunos tan ingeniosos y bien hechos como los realizados por los propios desarrolladores.

Lo que hace bien ACE Team al sumar el Modo Editor es que éste está completamente por fuera del Modo Historia. Si no nos interesa esta novedad, podemos obviarla por completo y disfrutar de todo el contenido que ofrece su–podría decirse–vertiente principal.

El Modo Historia da un cambio circunstancial en cuanto a su estructura y desarrollo. Volvemos a viajar a través de diferentes eras temporales, pero a diferencia de su anterior entrega, en la cual íbamos explorando un extenso mapa con diversos territorios, ahora el hub principal es una enorme línea de tiempo.  En la  medida que vamos completando desafíos conseguimos estrellas, requisito para desbloquear tanto los niveles nuevos como las armas y herramientas que funcionan en las secciones de Tower Defense.

Nuestra historia comienza liderando una valiente tripulación, la cual logra escapar de la cueva de Polifemo (cíclope hijo de Poseidón) para embarcarnos en esta odisea temporal repleta de desventuras y peligros.

Cada “era” tiene entre tres y cinco misiones, más el enfrentamiento con el personaje histórico de turno, recalcando el tema del absurdo humorístico que maneja, ya que es el gran motor de todas sus cinemáticas. Desde Julio César, hasta el hijo de Guillermo Tell y Moctezuma, Rock of Ages 3 no escatima en ofrecer un popurrí de personajes históricos que aportan su cuota de humor con chistes, memes y gags.

Entre los modos de juego, Rock of Ages 3: Make & Break cuenta con “Carrera de obstáculos”, donde tendremos que obtener el primer lugar atravesando un mapa plagado de trampas; “Contrarreloj”, en el cual, como su nombre lo indica, deberemos cruzar la meta en el tiempo establecido; “Skee-Roca”, una carrera con sumatoria de puntos; y sus modos dedicados al Tower Defense.Estos últimos son: Avalancha, sobre la que deberemos sobrevivir a hordas de rocas que quieren destruir nuestro castillo; y Desafío de Unidad, en el que tendremos solo un arma para utilizar en el mapa, para luego sumarla al inventario.

Por última instancia, tendremos el enfrentamiento con el personaje histórico, en el  cual habrá que utilizar nuestra habilidad manejando la roca para destruir el castillo rival y, al mismo tiempo, enhebrar nuestras defensas para proteger el nuestro.

Este humor que maneja el juego se ve reflejado no sólo en el absurdo constante de sus diseños, sino también en sus situaciones. Aunque también me pasó que no estaba al corriente de todos los personajes y quizás ciertos chistes me pasaban por al lado como si nada.

Si no conocés, por ejemplo, el asesinato de Julio César, hay una cinemática brillante en la que varios personajes no pueden lograr ese cometido. Por mencionar otro ejemplo, en un momento determinado de la historia aparece Guillermo Tell intentando salvar a su hijo con la famosa prueba de la manzana y la ballesta, donde todo culmina en un genial desenlace. Al conocer a estos personajes, los chistes cobran otro sentido. En otros casos sencillamente me pasó todo lo contrario e incluso terminé salteando la presentación para ir directamente a la competencia.

ACE Team traslada este estilo humorístico a todo el juego, incluso en sus elementos jugables. Si bien cada una de las rocas tiene sus características, me descolocó ver que podíamos elegir una cuadrada, que no tiene ninguna chance contra otro tipo de opciones. ¿Por qué suman un elemento inviable dentro de sus opciones? Esa burla interna me pareció que engloba lo que pretende ser Rock of Ages 3, un juego que tiene una premisa sencilla y no quiere salir de ella.

El “Tower Defense” que impone Rock of Ages es sumamente simple de aprender y sigue manteniendo esa agilidad para ser creativos al momento de defender nuestro territorio, con una economía básica y que no busca complicar mucho la ecuación. Salvo contrarreloj, todas las variantes jugables son contra un rival manejado por la IA. Una inteligencia artificial que nos hace las cosas bastante fáciles, incluso en sus zonas más avanzadas, algo que le resta un poco de exigencia en esta vertiente. 

Sin embargo, el principal problema del Modo Historia es lo rápido que puede pecar de repetitivo. Cada desafío cuenta con la posibilidad de sumar entre una y x estrellas, y los requisitos son siempre los mismos. Por ejemplo, en  Avalancha el requisito excluyente para completar el nivel al 100% es evitar que las rocas toquen alguna vez la puerta de nuestro castillo. Este requisito se repite en todos los niveles y lo mismo sucede con el resto de sus modos.

También tenemos algunos desafíos especiales. Son cuatro enfrentamientos únicos en su estilo y que no se vuelven a repetir en todo el juego. Sin querer entrar en el spoiler, me hubiese gustado toparme con más de estos desafíos, los cuales le aportan la verdadera cuota de frescura.

Rock of Ages 3: Make & Break es una entrega sumamente conservadora. Mantiene casi intacta toda su interfaz y sus novedades respecto a nuevas piedras; incluso las armas para el Tower Defense son escasas. Esto, sumado a la repetición de contenidos, puede hacer ruido en la experiencia. Por suerte, su jugabilidad se mantiene como su punto más álgido, algo que tapa esos pequeños detalles de contenido que pueden llegar a molestar.

La sensación de manejar las diferentes piedras varía según su peso, resistencia y velocidad. Algunas son más complejas de controlar y todo su apartado de físicas–sustentadas con el Unreal Engine 4–hace que su curva de aprendizaje sea accesible. Una vez que nos metemos en la pista y hacemos algunas pruebas, ya vamos a tener más que claro cómo controlar a estas simpáticas rocas por los más pintorescos trayectos.

El disfrute real con Rock of Ages 3 lo sentí, por sobre todas las cosas, al momento de controlar la roca. Si bien la variante Tower Defense intenta darle un poco de dinámica a la propuesta, manejar una bola de fuego mientras esquivaba  cañones y catapultas tiene ese vértigo que te acompaña a seguir probando otros desafíos.

Audiovisualmente sigue sosteniendo esa solidez de sus anteriores entregas, que si bien mantienen el estilo, hay un pulido en el nivel de detalles de los elementos del juego. Gracias a sus 16 ambientaciones diferentes, no se siente tan repetitivo en ese aspecto.

Resumiendo, si te gustaron las anteriores entregas de la franquicia, Rock of Ages 3: Make & Break no te va a decepcionar. Mantiene todo ese potencial y magia para funcionar como un respiro entre tantas superproducciones en la industria gamer. Un título para relajar y divertirse con todas las opciones, completamente potenciadas si jugamos con amigos.

En muchos aspectos, tanto jugables como de interfaz, es muy conservador y su editor de niveles–que si bien es una variante que seguramente la comunidad utilizará con mucho amor–no es el salto cualitativo que uno puede esperar. ¿Es divertido? Sí, pero ACE Team podría ambicionar un poco más y ofrecer alguna variante diferente que aporte un cambio sustancial en la franquicia.

por Patricio Casella