El día que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2 (2023), lo hizo con una idea que le parecía interesante: Alan Wake 2 representa eso que Patricia Waugh, en Metafiction: The Theory And Practice Of Self-Conscius Fiction (1984), define como «metaficción».1 La idea le parecía buenísima, el libro de Waugh hasta tenía una máquina de escribir en la portada, ¡como la máquina del pobre Alan! El protagonista de nuestra historia, atrapado en The Dark Place («El Lugar Oscuro»), en un loop infinito.2
Pablo releyó el libro, hizo las anotaciones que consideraba pertinentes y escribió la nota. Al final, la leyó: parecía un paper académico sin gracia, sin estilo, uno de esos trabajos que se presentan en congresos, pero a nadie realmente le interesan. Pensó que no podía presentar eso y se fue a dormir.
El día que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2, pensó responder a la crítica de Alexis Ong, como sugirió el editor Axel Bosso. Leyó la crítica de Eurogamer, asintió varias veces mientras leía: Alan Wake 2 no es un juego que se destaque por la jugabilidad. Más allá de los valores de producción que son espectaculares, el foco está en la narración. Escribió un artículo que parecía un alegato a favor del juego, pero pensó que la mejor defensa de Alan Wake 2 era recomendar a los demás que lo jugaran, que lo experimentaran ellos mismos.
La autora de la nota argumentaba que Alan Wake 2 necesitaba con urgencia un editor. Era una idea interesante, sobre todo cuando la encadenaba con otra idea no menos interesante: la del lector que también es un escritor. Pero a Pablo el artículo de Eurogamer le parecía más polémico, más incisivo, más provocador. Así que decidió cerrar el documento e irse a dormir.
Pablo Planovsky estaba escribiendo un artículo sobre Alan Wake 2, pero decidió hacerlo un poco más original, tal vez desordenado, pero divertido. Escribir sobre la imposibilidad de escribir, el miedo a la página en blanco. “Ya está, The Dark Place, para cualquiera que escriba, es eso: el bloqueo creativo”.
Redactó el artículo que al final parecía una copia de El ladrón de orquídeas (Kauffman, 2002).3 Pensó que, incluso antes de ver esa extraordinaria película, él ya había escrito algo así: pero andá a convencer a alguien de eso. Pensó en relacionarlo con una de sus novelas favoritas, El beso de la mujer araña (1976)4 y la obra en general de Manuel Puig, un lector y escritor voraz que también jugaba con la metaficción. El artículo tenía su gracia, pero consideró que perdía el foco. Así que se fue a dormir, no podía presentar eso.
Cuando Pablo se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2, agarró las obras completas de Borges buscando algo más que inspiración. Al autor argentino, Patricia Waugh lo menciona varias veces en su libro para explicar la teoría y práctica de la ficción autoconsciente5. Pablo pensó que algo podía redactar a partir de la diferenciación que hacía Borges entre “labyrinth” y “maze”, en la crítica que hizo el autor de Biblioteca de Babel sobre El ciudadano (Welles, 1941),6 con la impunidad propia de quien puede decir algo sin temor a desdecirse luego porque lo hace con mucha inteligencia: “nada es más aterrador que un laberinto sin centro”.7
Pablo pensó que la idea del laberinto sin centro era un concepto que retomaba Mank (Fincher, 2020),8 la precuela no muy querida de El ciudadano, que a él le gustaba mucho. El problema es que pasó toda la noche leyendo de nuevo la obra de Borges y no escribió nada. Así que se fue a dormir.
Otro día más, Pablo se puso a escribir el artículo Alan Wake 2, pensando por qué nos interpelaba el videojuego, y decidió analizar el espíritu de nuestra época, que parece estar obsesionada con las referencias y lo meta. Lo llevó al terreno en el que se siente más cómodo, que es el cine.
En los últimos años, la palabra que vendió entradas fue “multiverso”, que es la apropiación cultural por excelencia de los ejecutivos de Hollywood para apelar a la nostalgia de los nerds que parodian los de RedLetterMedia: “Entendí esa referencia”.9.10 El spider-verso, Smash Bros., Todo en todas partes al mismo tiempo (Scheinert & Kwan, 2022), y un largo etcétera. Pero al final había escrito más sobre cine que sobre Alan Wake 2. Así que se fue a dormir.
Como si fuera Groundhog Day (Ramis, 1993), un nuevo amanecer en el que Pablo Planovsky, sin saber qué dirección le iba a dar al artículo que nunca terminaba, se preguntó: ¿Por qué todo nos tiene que remitir a otra cosa? ¿Son homenajes? ¿Son influencias? Hoy es común leer críticas a Tarantino acusándolo de… no ser original.11 Parece increíble, pero es real y es algo similar a lo que sucede cuando se lee críticas contra La sustancia (Fargeat, 2024).12 Como si la originalidad consistiera en inventar algo nuevo desde cero, como si el limitadísimo universo simbólico del lenguaje nos permitiera el don de la creación.
«Pobre Borges», pensó Pablo. Hoy dirían que Borges tampoco es original. ¿Qué nos queda a los demás si para ser original hay que reinventar el mundo, el lenguaje, todo? Esbozó una teoría, pensando en Medianoche en París (Allen, 2011).13 Vivimos embebidos en la nostalgia porque el mundo más allá de las pantallas parece The Dark Place. Todo tiempo pasado fue mejor. Pero no quería hacer un texto pesimista, así que lo borró y se fue a dormir.
Como si fuera Palm Springs (Barbakow, 2020), pero sin las palmeras de California, sin la psicnia y sin Cristin Millioti, Pablo de nuevo se sentó para escribir y terminar de una vez por todas el artículo que nunca terminaba.
Pensó en David Lynch y volvió a leer American Dreams, Nightmare Visions (Sheen, 2004), porque el cine de Lynch es más que una referencia en Alan Wake 2. Empezó a buscar entrevistas con David Lynch. “Every experience feeds ideas” (“Cada experiencia alimenta ideas”), dice Lynch en una charla con el cigarrillo en la mano y esos pelos blancos.14
«Ya está, voy a escribir algo centrado no en todo el juego, sino en Night Springs y esa camarera que es como la amiga que todos quisieran tener, esa mujer optimista que quiere ayudar al escritor que tiene literalmente la ornamenta de un ciervo”. La idea era mejor en teoría que en la práctica, así que se fue a dormir.
Como si fuera Edge Of Tomorrow (Liman, 2014), Pablo se convenció de que este nuevo día seguramente iba a ser distinto a los anteriores, que iba a terminar de escribir el artículo sobre Alan Wake 2.
Quiso hacer un texto donde cada oración remitiera a otros autores, a otros libros, a películas, a videojuegos. Donde no hubiera una sola sentencia que no fuera una influencia/cita/homenaje/copia certificada de otra cosa. Porque en Alan Wake 2 conviven Twin Peaks (Frost y Lynch, 1990), True Detective (Pizzolatto, 2014), Se7en (Fincher, 1995), The Silence Of The Lambs (Demme, 1991), The Shining (Kubrick, 1980), The Twilight Zone (Serling, 1959) y una lista extensísima que es mejor descubrir uno mismo.15
Pero si las referencias se quedan en eso, se corre el riesgo de terminar en lo que parodia RedLetterMedia. Hay que saber armar un todo cohesionado con todas las influencias que uno recibe. La idea le parecía buenísima. En la ejecución se dio cuenta que era bastante difícil escribirla, así que se fue a dormir.
Pablo Planovsky se preguntó si estaba realmente ante un nuevo día, ante la posibilidad real de sentarse para terminar de escribir un artículo sobre Alan Wake 2, o si en realidad estaba atrapado en un loop, sin inspiración creativa, sin nada interesante para decir y sin inspiración divina. “Quizás”, reflexionó mientras tomaba un licuado de naranja y durazno, “quizás estoy atrapado en un loop porque alguien decide crear una narrativa en la que yo mismo estoy atrapado en un loop”. Pero era demasiado imaginar algo así, así que prefirió reflexionar por qué un juego con un número musical divertidísimo es considerado un título de terror. “¿Qué nos asusta? Bueno, eso depende de cada uno”, pensó. Se concentró en The Dark Place. ¿Qué es ese lugar oscuro? Consideró que todos, en algún momento de nuestras vidas, atravesamos The Dark Place.16
Necesitamos aliados: la camarera Rose, la banda metalera Old Gods Of Asgard, el detective Alex Casey, la agente Estevez, el conserje y hasta esa figura que parece un enemigo, pero quizás también sea un amigo, Mr. Door. Pablo pensó que todos esos personajes, a los que les había tomado simpatía, le hacían acordar a personas de la vida real, pero no podía escribir un artículo autorreferecial. Entonces se le ocurrió que, como la linterna de Alan Wake, todos esos personajes son metáforas de las obras que nos acompañan mientras caminamos por The Dark Place.17
La música, el cine, los videojuegos, nos ayudan a combatir nuestros propios demonios y enfrentar al jefe final, que se parece bastante a nosotros. Casi como si el mayor enemigo de uno fuera… uno mismo. Pero pensó que el texto quedaba muy autorreferencial, así que lo descartó y se fue a dormir.
Pablo se levantó y algo extraño sintió en el ambiente. Era EL día. Lo sabía. Se iba a sentar a escribir porque había llegado la inspiración divina. Lo hizo, se puso a redactar, y le quedó un texto buenísimo. “Está muy bien, es interesante, loko”, le dijo el editor. Pablo se sintió aliviado porque creía estar dando vueltas en círculo con esa nota. Alan Wake 2 le encantaba, pero cada vez se le ocurrían más cosas y quería escribirlo todo, sin perder la gracia, con suerte tener algo de estilo y ser más o menos coherente. Una nota que fuera una sinécdoque, pero no de Nueva York.
Se sintió satisfecho, contento y sorprendido por lo que había escrito. Sonó el teléfono y del otro lado estaba el mismísimo Sam Wake. No esperaba ese llamado. Pablo le agradeció por haber creado el juego, aunque sentía bastante vergüenza de solo pensar que Sam Lake había leído la nota. Pablo le estaba agradeciendo, hasta que se dio cuenta que él no sabía hablar finés. Entonces se despertó. Así que se fue a dormir.
El día que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan WaPUMMM,
—¡FBI! ¡Suelte ese teclado!
—¡¿Pero qué hice?! ¡¿Por qué tiraron abajo la puerta?!
—Se lo acusa por intentar escribir una nota sobre Alan Wake 2 sin tener en consideración que la lectura siempre debe ofrecer algo al lector.
—Sí, es cierto que intenté mencionar libros, videojuegos y hasta películas con la esperanza de, por lo menos, dar recomendaciones, que no es poco.
—Pero lo hizo de la manera menos inspirada posible, citándolos de manera directa.
—Bueno, sí, no se me ocurre cómo enhebrar en un todo coherente lo que me gusta. Siempre lo hago así, trato de mencionar obras para que los lectores si quieren vayan y las busquen para sacar sus propias conclusiones.
—Usted olvida que el lector siempre es un escritor.
—¡Eso lo dice el libro Metafiction! Pero no sé si es tan así como dice el libro que cito en la nota.
—¡Ve! ¡Lo está haciendo de nuevo!
—Igual creo que nada de lo que hice es delito.
—Sí, tiene razón. Entonces no es culpable. Perdone por tirar la puerta abajo, le da un golpe dramático más interesante.
—Casi me muero del susto. Por cierto, ¿sabías que este diálogo que estamos teniendo es un recurso como el que usa Manuel Puig en El beso de la mujer araña (1976)?
—¿Por qué habla diciendo el año entre paréntesis?
—Si estamos hablando, ¿cómo sabe usted que era el año entre paréntesis si nunca dije la palabra “paréntesis”?
—Tiene razón, quizás no estemos hablando y seamos parte de la nota. Quizás todo sea parte de la nota. No hay banda, no hay cuchara.
—¿Perdón?
—”No hay banda” es una frase de El camino de los sueños (2001), la película dirigida por David Lynch. “No hay cuchara” es una frase de Matrix. Las dos apuntan a lo mismo: no importa si la píldora es roja o azul. Importa que no hay banda, no hay cuchara y no hay nota.
—”Tan metafórico”. Es una frase de Parasite (2019) esa, tampoco es una idea original mía.
Pablo despidió a los agentes del FBI, se quedó pensando en la puerta rota y se fue a dormir. Demasiada acción.
“Han pasado 84 años”, dice la señora de Titanic (Cameron, 1997) cuando alguien, por fin, se interesa en lo que tiene para contar (aunque el interés tenga que ver con plata, obvio). Como si fuera la cara de Matt Damon en Saving Private Ryan (Spielberg, 1998) Pablo Planovsky sentía que estaba envejeciendo, que el tiempo pasaba y el artículo nunca terminaba. “Esto no se va a redactar solo” pensó, antes de relacionar el concepto de metaficción con Sam Lake. Pero la figura de autor es un concepto problemático con el que Pablo no siempre estaba de acuerdo, así que trató de evitar usar esa palabra.18 Lo comparó con Hideo Kojima porque los dos, más allá de la fascinación que puedan causar entre los gamers en redes sociales, tienen puntos en común. Se nota que ambos crecieron con una cultura que aman: la que emana del cine. A nadie se le ocurriría decir que Metal Gear Solid (Kojima, 1997) es un conjunto de referencias vacías, porque no lo es.19 Esa saga es una obra de metaficción tanto como Alan Wake 2.
Es importante considerar que el medio, en estos casos, es eso: un medio para expresar ideas más amplias y profundas como un océano, no un lago. ¿Pero qué ideas? Pablo pensó que esto no era algo del todo novedoso. Más que un autor, Sam Lake es un artista manierista. Sin embargo, trató de evitar confundir el estilo artístico renacentista con Las Meninas (Velázquez, 1656),20 como hace Sam Lake cuando aparece dirigiendo una escena en Alan Wake 2 para Poison Pill. No estaba seguro de explicar lo que estaba pensando, así que dejó al manierismo y a Las Meninas de lado y se fue a dormir.
El día que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2, sacó todos los apuntes de Semiótica que tenía guardados. Sabía que algún día volverían a ser útiles y el momento había llegado. Iba a citar a Barthes y a Eco para tratar de explicar mejor por qué sucede la muerte del autor.21
Es muy común ver una película y tratar de argumentar que hay solo una interpretación correcta que, casualmente, suele ser la nuestra. Hay varios problemas con esa lógica, que se hace más evidente cuando alguien cita al autor (en el caso del cine suele ser el director, dejando de lado muchas cuestiones más ricas y complejas que subsumir un título a la mente de una sola persona en el armado de cualquier película) para favorecer cierta lectura concreta.
Pablo pensó en escribir por qué le parecía absurdo todo eso: cuando una obra, sea una película, libro, artículo, música, pintura, etc. sale al mundo, deja de ser la obra del artista y pasa a ser reescrita por cada lector.22 A nadie se le ocurriría decir cómo tenemos que mirar o pensar ciertas pinturas u obras de arte moderno. Algo que ocurre en el cine, por alguna extraña razón. Pero Pablo descubrió que citando a Barthes y Eco buscaba imponer su propia lectura, así que borró todo y se fue a dormir.
La noche en la que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2, decidió concentrarse en el terror y la metaficción. Pensó que nuestra cultura está obsesionada con las remakes, las secuelas y las referencias. Desde Dead By Daylight (2017), Super Smash Bros. o el estado del cine contemporáneo que, contrario a lo que pueden creer algunos lectores, sí es sintomático del espíritu de nuestra época.
Lo que menos le gustó de Alan Wake 2 es el DLC con la agente Estévez que, por momentos, parece una publicidad de otro juego, como ciertas películas que parecen trailers de otras películas que a su vez parecen trailers de otras. Como si fuera un loop. Entonces, pensó Pablo, nos asustan los loops. La cultura parece estancada, repitiéndose como si hubiera sido diseñada para lobotomizar a los espectadores que no quieren crecer. Pero pensó que si se quejaba mucho iba a terminar de nuevo citando a Alan Moore,23 entonces prefirió no hacerlo.
Pablo Planovsky se sentó para escribir el artículo pero gritó: “¡NO! YA SÉ LO QUE VOY A HACER. VOY A HACER UN VIDEO BAILANDO”. Y salió esto:
La noche en la que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2, decidió concentrarse en el terror y la metaficción. Comparó la metaficción con la idea de la repetición infinita y se le ocurrió trazar una analogía con alguien que cree estar atrapado en un loop muy singular, pero al final pensó que era exponerse demasiado y lo borró, como Ricardo Darín cuando escribe y tacha pensando en Soledad Villamil en El secreto de sus ojos24 porque no le encuentra resolución a la historia.
Pablo se detiene un momento. El cursor titila en la pantalla, expectante. Podría escribirlo él mismo, claro. Lo ha hecho mil veces. Pero hay algo en la idea que le intriga: ¿puede una IA capturar el ritmo exacto, esa cadencia entre lo concreto y lo elusivo, entre lo que se dice y lo que se deja en suspenso? Entonces, casi como un experimento, le pide a ChatGPT que escriba un párrafo en el mismo estilo que la nota original, pero con un giro: la IA debe narrar cómo la propia IA intenta escribir en ese mismo estilo. La ironía lo divierte. Presiona «Enter». Unos segundos después, la respuesta aparece. Pablo la lee con atención, buscando los matices, las pequeñas fracturas. Se pregunta si la máquina entendió realmente lo que le pidió o si solo lo simuló con habilidad. La diferencia, quizás, no importe demasiado.25
La noche en la que Pablo Planovsky se sentó a escribir un artículo sobre Alan Wake 2, pensó que la forma va de la mano con el contenido, importa cómo se cuenta lo que se cuenta y quién lo cuenta: en el videojuego no solo hay citas a películas y series de televisión, por supuesto, también hay referencias a otros videojuegos. Hasta una sección en 2D, pixel art. Entonces Pablo pensó como podía hacer para transmitir la idea de la metaficción a través de la forma y se le ocurrió escribir tanto como fuera posible, quizás escribir toda una nota en un solo párrafo, quizás repetir cada párrafo como si fuera The Shining o el capítulo de Los Simpson que hace las veces de parodia pero ojo que ya las nuevas generaciones no cazan esas referencias entonces conviene evitarlas y pensó que si achicaba la letra y reducía el espacio entre cada renglón iba a hacer algo divertido pero no tan original porque después de todo así fue hecho en Extremely Loud & Incredibly Close el libro no la película aunque la película tiene una secuencia que quizás pueda ser considerada el equivalente en el lenguaje cinematográfico la verdad no estoy seguro y me pregunto quién puede leer esto modificando el tamaño de la letra y los espacios seguramente lo hagan los editores hola Axel pero me preocuparía si lo hicieran los lectores casuales o sea esta parte es un chiste se entiende no pero supongo que se preguntarán si cada párrafo significa que escribí una nota entera la respuesta es por suerte algunas no pero lamentablemente algunas sí las escribí hasta que se me ocurrió la idea de usar todas las ideas todas las notas escritas a medio escribir o que no pasaron ni medio borrador para armar esta nota que si se fijan no tiene casi nada de original porque cada párrafo cita a otras películas series jueguitos libros pensadores etc y la verdad es que tuve más ideas como por ejemplo incluir en la nota el ida y vuelta que puedo tener con los editores o incluir imágenes y links a videos que complementen la nota pero pensé que tal vez podía quedar todo como una búsqueda del tesoro así que termino con un así que se fue a dormir.
Otra noche en la que Pablo Planovsky tuvo intenciones de escribir un artículo sobre Alan Wake 2: pensó que quizás podía enfocarse en los DLC del videojuego. El que más le gustó fue el primero, el de la camarera, aunque los otros dos también fueron divertidos. Pero con el último tenía sentimientos encontrados.
Una agencia experimenta para crear unos portales multiversales o interdimensionales. Hay monstruos que salen de pinturas abstractas: entonces Pablo se puso a revisar sus libros sobre pinturas, en especial los trabajos de Pollock y Kandisnky.26 Pero lo que más le llamó la atención fue una sección con un montón de máquinas de escribir que escriben automáticamente. La idea le pareció graciosa pero, al mismo tiempo, algo aterradora. No es metaficción esto: cuando se tomó un recreo abrió Instagram y vio una publicidad de IGN que decía algo así como que es matemáticamente imposible que los monos tipeando escriban toda la obra de Shakespeare.
En realidad sí es posible: como también es posible que se nos caiga una copa, estalle contra el piso y todos sus átomos decidan reordenarse tal cual el estado anterior a la caída.27 La idea de los monos que tipean estaba bastante lograda en Mank, el personaje que es como el mono que baila. Pablo pensó que podía trazar una analogía con la metaficción: se puede interpretar que ese DLC nos interpela sobre la creatividad, el arte y el avance de la inteligencia artificial, que es como tener a los monos tipeando hasta que escriban la mejor novela de la existencia.
Pablo pensó que el concepto era realmente de terror porque también era un metacomentario sobre el estado de la industria y la explotación de los artistas. Al mismo tiempo, no tenía miedo del avance de la inteligencia artificial. No porque creyera imposible que la IA sustituyera el trabajo de la escritura, de la creación artística y casi todo acto considerado «humano» sino porque, muy al contrario, creía que era inevitable… pero no valía la pena hacerse problema por eso. Editó un video musical en Instagram usando la música de Alan Wake 2 y las imágenes de varias películas, como La infancia de Iván (Tarkovsky, 1962) y se fue a dormir.
La noche en la que Pablo Planovsky se sentó a escribir sobre Alan Wake 2, pensó que no iba a terminar más entre tantas ideas y vueltas, ideas inconclusas y maneras de abordar un juego tan rico para analizar como ese. Pensó que no quería presentarlo como una de esas obras que uno mira con cierta admiración intelectual, pero sin ningún apego emocional. Entonces, recordó la consigna original de GitGud: que el texto sea personal.
Cuando Pablo terminó Alan Wake 2, no tenía idea de qué se trataba el juego. No podía explicar todo lo que había jugado, pero sabía que le había encantado. Se había reído, se había asustado, había conocido personajes con los que se había encariñado. Con el tiempo, maduró la idea que más le gustó: creemos que estamos atrapados en un bucle, un loop. Pensó relacionarlo con la idea del infinito, con Vértigo (Hitchcock, 1958)28 o con la banda de Möbius,29 pero el juego es claro: no es nada de eso.
Pablo recordó que, aún cuando no había entendido muchas de las cosas que había visto, había terminado con una sonrisa. No es un loop, es una espiral: avanzamos, aunque creamos que no lo hacemos. Así que se fue a dormir, había llegado al final.
1 Waugh se refiere a la «escritura de ficción que, de manera autoconsciente y sistemática, llama la atención sobre su estatus como artefacto para plantear preguntas sobre la relación entre la ficción y la realidad».
2 La misma autora explica la idea de la paradoja: «es una forma de contradicción. Hace una afirmación en el momento en que niega esa afirmación (y viceversa). Ofrece una declaración finita que solo la infinitud puede resolver. Tales paradojas de la infinitud implican la posibilidad de una repetición interminable o circularidad».
3 El título original, en inglés, es Adaptation. La película, como Alan Wake, es sobre un escritor y su doble. El título es un juego de palabras porque el término tiene más de un significado. Waugh dice que « El juego ficticio también reevalúa los procedimientos tradicionales de comunicación y permite liberarse de patrones establecidos».
4 El beso de la mujer araña es la historia de dos presos. Todas las noches, uno le cuenta películas al otro. La novela mezcla algunas películas reales, como Cat People (1942, dirigida por Jacques Tourneur), con otras inventadas. Tiene algo muy particular: las notas al pie son indispensable para el resto de la historia. No son simples notas al pie. Cambia el registro y el estilo de redacción, pero son parte indispensable de todo el relato.
5 La autora menciona a Borges en varias ocasiones, incluso nota que uno de los cuentos del autor de Ficciones (1941) y El libro de arena (1975) es un relato sobre un detective. Borges y Cervantes eran dos autores que entendían la metaficción. El Quijote también está atrapado en un relato de metaficción.
6 Citizen Kane se estrenó en 1941. Dirigida, protagonizada y co-escrita por Orson Welles, es una película de ficción considerada una de las más importantes de la historia. El personaje del título es el equivalente de uno de los magnates más poderosos de su época, William Randolph Hearst.
7 A Borges no le gustó Citizen Kane la primera vez que la vio. Después la reconsideró y escribió una de las mejores críticas que se hayan publicado, aunque no necesariamente sea muy positiva la valoración de la película.
8 Mank es una película dirigida por David Fincher sobre el detrás de escena de Citizen Kane. Más allá de la cantidad de nominaciones y premios Oscar que recibió, fue un fracaso en Netflix porque no la vio casi nadie: desapareció del top 10 de las películas más vistas de la plataforma el mismo fin de semana en el que se estrenó. En IMDb y Letterboxd no tiene calificaciones demasiado positivas.
9 RedLetterMedia es un canal de YouTube especializado en cine. Una de sus parodias se llama The Nerd Crew: allí imitan el formato, no solo estético, de los programas de «nerds» o «fans» que celebran cualquier cosa que lleve el nombre de Stars Wars, Marvel o DC, por dar algunos ejemplos. Uno de los latiguillos recurrentes es “…and I clapped!, una burla contra la actitud de ciertos espectadores que aplauden durante la función cuando notan alguna referencia hacia una película o serie anterior. Ejemplo: el que aplaude cuando cualquier personaje de Star Wars repite por vez 3924256 una frase conocida de la saga, sin importar si el contexto lo amerita o no.
10 La cita es de The Avengers (2012, dirigida por Joss Whedon). El autor de esta nota no es fan de The Avengers ni de The Force Awakens (2015, dirigida por J.J. Abrams), pero prefirió no aprovechar para pegarle a esas películas.
11 El autor de la nota cada tanto recibe alguna respuesta en Twitter/X donde alguien le explica que Tarantino en realidad no es original porque sus películas están llenas de homenajes y referencias. De puro prejuicio, el autor de esta nota imagina que eso sucede cada vez más en todos lados: en YouTube, en Twitter, en TikTok, etc.
12 The Substance es una película de terror que jamás esconde cuáles son las obras que la inspiraron. Como sucede con el cine de Tarantino, para mucha gente son referencias vacías.
13 Midnight In Paris se estrenó en 2011, dirigida y escrita por Woody Allen, basada en una vieja rutina de standup del mismo cineasta, evidencia que no necesariamente todo tiempo pasado fue mejor.
14 Lo dice en una película documental, dirigida por Angela Ismailos en 2009, llamada Great Directors.
15 Esta lista no incluye Longlegs (Perkins, 2024), una película que se estrenó meses después de Alan Wake 2. Muchos consideraron que Longlegs tenía similitudes con Alan Wake, así que le insistieron a Sam Lake que la fuera a ver. Lake, finalmente, la vio y posteó en Twitter que le gustó mucho la película.
16 Borges: “El arte es muy misterioso. Me pregunto si realmente se puede hacer daño al arte. Creo que cuando escribimos, algo se transmite o debería transmitirse, a pesar de nuestras teorías. Por eso, las teorías no son realmente importantes.”
17 Borges: “¿Qué hombre entre nosotros no ha sentido alguna vez, caminando en el crepúsculo o anotando una fecha de su pasado, que ha perdido algo infinito?”
18 Es un concepto popularizado a partir de la revista francesa Cahiers Du Cinema. Los directores de cine serían los autores de las películas. Es una teoría que, en general, goza de la aprobación de la cinefilia y casi todas las casas de estudio de cine contemporáneas. El autor de la nota no cree que todos los directores sean autores.
19 El autor desconoce si alguien alguna vez lo hizo, pero imagina que tratar de enumerar todas las influencias del cine y la televisión que contiene la saga de Metal Gear Solid daría como resultado una lista larguísima.
20 Diego Velázquez pintó el cuadro en 1656, en óleo sobre lienzo, con los personajes en primer plano retratados en tamaño real. El cuadro de Velázquez que juega con la perspectiva para introducirse él mismo en su propia obra es un caso ejemplar para cualquier interesado en el estudio de la composición de imágenes.
21 En El susurro del lenguaje (1973), Barthes escribió un ensayo sobre la muerte del autor. Argumentaba que la época de la escritura colectiva llegó, en parte, gracias al arte surrealista que desacralizó la idea del autor.
22 Una idea de Umberto Eco: es la interpretación del lector la que completa la obra. También se podría argumentar que la teoría de la sutura cinematográfica, promovida por Stephen Heath, va por la misma senda: es el espectador es el que termine uniendo, en definitiva, planos que no tienen nada que ver unos con otros.
23 El creador de Watchmen criticó que adultos estén haciendo filas larguísimas para ir al cine a ver Batman o películas de Marvel. Según él, los comics fueron creados para entretener a nenes de 12 años. Moore hace poco volvió a hablar de la relación de los fanáticos, el cine de superhéroes y el fascismo. Más de 10 años después, sigue hablando de lo mismo.
24 La película argentina es un relato sobre un abogado que escribe una novela relacionada con un crimen que nunca pudo resolverse. También es un relato de metaficción. Se estrenó en el año 2009 y fue dirigida por Juan José Campanella.
25 Este párrafo fue escrito por ChatGPT. Se me ocurrió que la mejor manera de rendirle homenaje a uno de los 2 DLC de Alan Wake, ese con los monstruos que salen de cuadros y máquinas de escribir automáticas, era pedirle a ChatGPT, una IA, que escribiera como si yo lo hubiera hecho. Para eso, le di el texto original y le dije: “¿Podés escribir como si Pablo Planovsky le pidiera a ChatGPT un párrafo con el mismo estilo? Pero tiene que ser un párrafo sobre Pablo Planovsky pidiéndole a una inteligencia artificial que escriba sobre una inteligencia artificial haciéndose pasar por alguien que no sabe muy bien por qué le pide a una inteligencia artificial que escriba en su lugar.”
26 El artista dijo: “Presta tus oídos a la música, abre tus ojos a la pintura y… ¡deja de pensar! Solo pregúntate si la obra te ha permitido ‘pasear’ por un mundo hasta ahora desconocido.”
27 Historia de las ideas científicas, el libro de Leonardo Moledo publicado en 2014, explica por qué algo así no es imposible: como no es imposible que salga el número 5 del bolillero 10 millones de veces consecutivas. No es imposible pero llevaría mucho, mucho tiempo que ocurra algo así.
28 La película dirigida por Alfred Hithcock sobre la repetición, las espirales y los bucles, fue un fracaso comercial cuando se estrenó en 1958. No recibió nominaciones importantes. Ni siquiera al propio Alfred Hitchcock le gustaba mucho la película. Hoy se la considerada una de las mejores de la historia.
29 Objeto no orientable inmerso en un espacio euclídeo que Borges menciona en uno de sus cuentos y además en Matemáticas e imaginación.
Borges, J. L. (2011). Obras Completas I, II, III y IV. Sudamericana.
Moledo, L. & Olszevicki, N. (2014). Historia de las ideas científicas. Planeta.
Puig, M. (1976). El beso de la mujer araña. Seix Barrial.
Waugh, P. (1984). Metafiction: The Theory And Practice Of Self-Conscius Fiction. Routledge.
Mondrian, P. (1937-1942). Composition with Yellow, Blue And Red.
Nevinson, C. (1915). Bursting Shell.
Pollock, J. (1952). Blue Poles, Number 11, 1952.
Yoshihara, J. (1970). To Martha’s Memory.
por Pablo Planovsky