Implantes cibernéticos que te permiten trascender las capacidades físicas de tu cuerpo y alterarlo a tu gusto, «neurodanzas» que te dan la posibilidad de vivir las experiencias de otra persona por un par de minutos, y un eterno resplandor de luces de neón. Patrulleros voladores surcan los cielos, tapados por rascacielos, en una ciudad que nunca se detiene. Taxis armados controlados por inteligencia artificial te trasladan y te defienden. Terminás el día solo, en el departamento repleto de publicidad que alquilás por un par de eurodólares. Estamos en Night City, la ciudad en la que se desarrolla el videojuego Cyberpunk 2077, publicado en 2020.
Al caminar por sus calles, es habitual encontrarse con bandas de delincuentes armados, con «ciberpsicóticos» y también con numerosas carpas de indigentes que contrastan con la ostentación de los vehículos, las masivas publicidades holográficas y los edificios de las corpos. En esta sociedad, el Estado es prácticamente inexistente, ya que quienes dominan todos los ámbitos de la vida son las megacorporaciones privadas: si tu suscripción al servicio médico no es premium, ninguna ambulancia te va a recoger si te atropella un auto mientras te estás ganando la vida.
Se trata de una realidad desigual que perturba a muchos de los personajes con los que conversaremos en el videojuego, quienes se resignan a intentar construir el futuro de sus vidas, alejados de la discusión política sobre sus condiciones de existencia y del desarrollo de alternativas al sistema vigente. En Cyberpunk 2077, se nos presenta un panorama distópico que no está tan lejos de nuestro presente.
Hoy, es más fácil pensar en el fin del mundo que en el fin del capitalismo, dice Mark Fisher, recordando la frase atribuida tanto a Frederic Jameson como a Slavoj Žižek 1. Según este filósofo, el “realismo capitalista” implica que, en el capitalismo tardío —el período entre finales de los 60’ y hoy, donde se desarrolló la caída de los Estados de Bienestar, la disolución de la Unión Soviética y la consolidación de la globalización— existe una creencia generalizada en la que este es el único sistema viable para organizar las relaciones económicas y sociales. Incluso, que es imposible plantear una alternativa realizable.
Esto se desarrolla en un marco donde el neoliberalismo logró consolidar su hegemonía en los ámbitos de la ciencia, la educación, la política, la economía y la cultura, ya que las alternativas discuten dentro de un consenso que privilegia al individuo y su libertad por encima de la comunidad y su bienestar. Ideas que proponen —y llevan a cabo— la retirada del Estado de la regulación de las distintas dimensiones de la realidad, en pos de la libertad de acción como principio capital para alcanzar la virtud humana, atraviesan el sentido común y se erigen como valores fundamentales que rigen los imaginarios de las vidas de las personas.
En nuestro presente, subyace la idea de la competencia perfecta entre individuos, por la que se entiende que el esfuerzo —por sí solo— lleva al éxito sin importar de dónde vengas. Mientras te enfoques y visualices tu desarrollo personal, vas a lograr lo que quieras. Esta presión que tenemos encima nos lleva a considerarnos absolutamente responsables de nuestros fracasos, y nos arroja a la constante necesidad de elaborar estrategias para reafirmar nuestra identidad en un terreno donde nada es estable: el trabajo, la vivienda y las relaciones nos mantienen en una incertidumbre tal que dejamos de pensarlas como algo durable para toda la vida. Predomina lo líquido frente a lo sólido, afirma Zygmunt Bauman 2.
El inconveniente es la necesidad que tenemos de pertenecer a un mundo al que no le podemos imaginar una alternativa viable y a una economía que en realidad no nos puede contener a todos, por la cual muchas personas asiduamente están al borde de no llegar a fin de mes. Nos convertimos en nuestros propios explotadores y esta exigencia constante de rendimiento y éxito, frente a la imposibilidad estructural de satisfacerla, tiene un impacto concreto en nuestra salud mental: según Fisher, en la actualidad, el crecimiento generalizado de la ansiedad y la depresión se presentan como síntomas individuales que manifiestan un malestar social, propio del capitalismo tardío. Entender a la salud mental únicamente como un problema individual nos impide la posibilidad de pensar que existen razones que pueden explicarla como un hecho social y, nuevamente, pone la carga sobre el individuo como sujeto aislado 3. Más adelante, veremos cómo la realidad social impacta en la salud mental de los personajes de Cyberpunk 2077, dando lugar a la existencia de enfermedades propias de su contexto sociohistórico tales como la «ciberpsicosis».
En el mundo de Cyberpunk 2077 podemos encontrar una profundización de este proceso, ya que el realismo capitalista está acelerado. Night City fue fundada por Richard Night en 1993 con el sueño de construir una nación “libre de la pobreza, del crimen y de las sofocantes regulaciones del Estado” 4. Para ello, decidió conformar su gobierno con miembros jerárquicos de las corporaciones más exitosas, bajo la premisa de que si eran exitosos administrando compañías que generaban miles de millones, gobernar una ciudad se les iba a hacer fácil.
Luego de décadas de guerras nucleares y procesos de reconstrucción y unificación en el mundo de Cyberpunk 2077, Night City se establece en 2070 como una ciudad libre, independiente de los Nuevos Estados Unidos de América. Su mesa chica está conformada por miembros de Arasaka, una megacorporación de origen japonés que se especializa en la producción armamentística, la administración financiera y en servicios de seguridad privada y policial tanto a individuos como a ciudades 5.
Al empezar el videojuego y crear el personaje personalizado con el que habitaremos este mundo, es posible elegir tres historias de origen distintas: corporativo, buscavida o nómada. Sin embargo, más allá del pasado del personaje, una serie de eventos harán que el presente sea el mismo: sos un «cyberpunk», un mercenario de las calles, y te pagan por lo que otros no quieren hacer. Podés elegir tu pasado, pero siempre terminás siendo explotado por los demás.
En el mundo abierto, podremos participar en misiones de todo tipo que nos permitirán conocer cada vez un poco más de la ciudad a través de las historias de sus personajes, a las que se agregarán fragmentos de textos, publicidades, programas de televisión, conversaciones al pasar y más cosas que enriquecerán nuestra perspectiva sobre Night City. Nuestra motivación principal será ganar dinero y reputación, que nos permitirán acceder a mejores vehículos e implantes cibernéticos para cumplir misiones más desafiantes y continuar el ciclo. Una carrera constante hacia el éxito que nunca llega.
Podemos ver esto reflejado en la ciberpsicosis, una enfermedad mental muy difundida en este mundo, ya que la padecen algunos protagonistas de la historia y personajes secundarios. Esta es el resultado del abuso de ciberimplantes, lo que lleva a que los ciberpsicópatas transiten una pérdida o confusión de su identidad —al implantarse cada vez más piezas robóticas, dejan de concebirse como humanos iguales al resto—. En un mundo competitivo donde los trabajadores deben implantarse brazos más poderosos o corazones cibernéticos para trabajar más horas, la ciberpsicosis está a la vuelta de la esquina, dando lugar a situaciones en las que estas personas pierden el control de su cuerpo y asesinan a multitudes. Quienes no llegan a este punto, consumen endorfina sintética para reducir el estrés y el dolor y así mantener una sensación de bienestar en este mundo roto.
En Cyberpunk 2077, la tecnología se convierte en una herramienta de empoderamiento porque permite que los seres humanos trasciendan las limitaciones de su cuerpo físico, pero a su vez se establece como un dispositivo de opresión: mientras los individuos intentan modificarse cibernéticamente para sobrevivir y prosperar en Night City, las corpos la utilizan para vigilar, manipular y explotar a la población.
Esto se observa en una de las misiones secundarias, donde por una serie de acontecimientos terminamos conociendo a Joshua (un preso), un policía y a Rachel (una productora de una corporación de medios), quienes están trabajando juntos y necesitan nuestra ayuda para filmar una neurodanza 6. Esta se trata de una tecnología que, mediante un chip inserto en tu sistema neuronal, permite que vivencies una experiencia filmada por otra persona, ver lo que vio, sentir sus emociones y experimentar sus sensaciones.
Las motivaciones de estos tres personajes son diferentes: Joshua quiere lavar su culpa por ser un asesino, mientras que el policía y la productora se quieren ganar unos eurodólares ayudándolo.
Esta serie de misiones interconectadas narrará una breve historia en la que terminaremos comprendiendo que Joshua tiene la idea de crucificarse por sus pecados y los de la humanidad. Quiere demostrarle al mundo que el amor existe. El policía y Rachel buscan aprovecharse de él para filmar una neurodanza que los hará millonarios, porque les permitirá lucrar con el morbo de vender su martirio.
Sin más, participamos de la crucifixión de Joshua. A nadie le importó ayudarlo a cambiar de idea. En este mundo repleto de estímulos prefabricados, lo genuino cotiza. Como indica Fisher, “el capitalismo es lo que queda en pie cuando las creencias colapsan en el nivel de la elaboración ritual o simbólica, dejando como resto solamente al consumidor-espectador que camina a tientas entre reliquias y ruinas.” (2016, p. 13)
La tecnología al servicio de la explotación también está presente en la prostitución. En una de las misiones principales 7, visitaremos una casa de «muñecas», donde conoceremos a personas capaces de comprender y satisfacer cualquier deseo sexual gracias a un chip. Luego de la sesión, este dispositivo borra la memoria de la muñeca. Se trata de una herramienta que permite que quienes tengan el dinero necesario puedan poseer el cuerpo de otra persona sin ningún tipo de reparo.
Cuando estos implantes empiezan a afectar la personalidad o el aspecto físico de las muñecas y no son útiles para el mercado, son entregadas a un matasanos que se encarga de intentar reparar sus cuerpos con ciberimplantes distintos. En otra de las misiones principales 8, podremos ver que en realidad son modificadas para ser utilizadas en filmaciones de neurodanzas donde son torturadas y asesinadas.
Más allá de los ejemplos particulares de Joshua y las muñecas, la narrativa de Cyberpunk 2077 muestra cómo la tecnología perpetúa la desigualdad en Night City. La dependencia de los implantes cibernéticos crea una división aún mayor entre los ricos y los pobres, ya que solo aquellos con los recursos necesarios pueden acceder a las mejoras con menores efectos perjudiciales para la salud, pero todos deben modificar su cuerpo para no quedarse atrás.
Quienes deben vender su fuerza de trabajo para subsistir encuentran cada vez menos oportunidades para trabajar: los robots ya reemplazaron a los humanos en muchas tareas físicas y la inteligencia artificial se ocupa de la administración de algunas empresas. Ese es el caso de Dellamain, una empresa de taxis armados autónomos que utilizaremos a lo largo de la trama principal. En una misión secundaria 9, podremos entrar a su fábrica y ver que no existen trabajadores humanos, sino que está completamente manejada por robots y una inteligencia artificial con la que tendremos algunas conversaciones. Al caminar por las oficinas abandonadas, podremos leer e-mails antiguos de empleados, donde comentaban que sería imposible que en algún momento los pudieran reemplazar por IA.
El inconveniente es que los avances de la tecnología, en lugar de llevar a la sociedad a un estado en donde todos puedan ser propietarios de su tiempo, no emanciparon a los seres humanos. Los robots en Night City ya cuentan con las capacidades para liberar a la humanidad de la carga del trabajo. Sin embargo, estos no gozan de su libertad: la pérdida del trabajo no los ubica en una situación de bienestar, sino que los incita a participar de actividades delictivas con tal de sobrevivir, porque no tienen la vida resuelta. En este mundo, los desarrollos tecnológicos solo sirven para que algunos ejerzan más poder y otros se encuentren más sometidos.
¿Por qué sucede esto? El capitalismo y su impulso por el desarrollo tecnológico tiene un enfoque en abaratar los costos de producción y en crear nuevos productos para el consumo, no en liberarnos a los humanos de la necesidad de vender nuestro tiempo por un salario. Tanto en nuestra realidad como en Cyberpunk 2077, las capacidades tecnológicas que tenemos como humanidad son utilizadas en su mayor parte para fabricar gadgets que siempre se presentan como lo nuevo, atendiendo nuestra voracidad por consumir: “Para esto trabajo”. En cambio, algunos pensadores —entre los que se encuentra Fisher— proponen más que volver a un pre-capitalismo, utilizar sus herramientas para construir un futuro en el que podamos emanciparnos de lo que nos ata a la lógica de trabajo y consumo: “el aceleracionismo es la convicción de que estas capacidades pueden y deben ser liberadas, y elevarse por encima de las limitaciones que imponen la sociedad capitalista.” (Williams & Smicek, 2017, p.47) 10
En Night City, los personajes no pueden imaginarse un futuro distinto. Tanto Johnny Silverhand como Panam Palmer, dos protagonistas que no están conformes con la realidad en la que viven, no plantean un cambio radical: cuestionan la dirigencia en manos de las megacorporaciones, pero no la propiedad absoluta de los medios de producción en manos privadas y el individualismo. Mientras Johnny intentó destruir el edificio principal de Arasaka infructuosamente ya que, años más tarde, la empresa japonesa sigue manejando las riendas del poder en la ciudad, Panam se cuestiona si debería seguir siendo una nómada junto a su familia.
Este grupo de personas viven en las afueras de Night City en clanes familiares. Sin embargo, a pesar de vivir fuera de la ciudad, no escapan a la lógica de este sistema y son una parte fundamental para él: sobreviven vendiendo y trasladando piezas cibernéticas para la gente de la ciudad. Es destacable que tienen formas distintas de relacionarse, ya que para ellos la comunidad es más importante que las aspiraciones individuales. De todos modos, esta perspectiva se cierne únicamente a su clan, ya que no lo plantean como algo posible para toda la sociedad.
Esta tensión se refleja en la historia de Panam, quien debe decidir entre seguir los pasos de su familia o irse a la ciudad, lo que sería una traición para ellos.
El resto de las personas se resignan a hacer lo posible en el marco de esta realidad. Es ilustrativo de este punto la existencia del “Colectivo Bartmoss”, una organización que conoceremos en una misión secundaria 11. A través de mensajes de texto, nos enviarán reflexiones sobre el presente como “La mejor arma contra el capitalismo es la meditación ininterrumpida”. Más adelante, terminaremos por descubrir que se trata de una inteligencia artificial programada para enviar estos mensajes.
Entonces, las resistencias que se presentan en este mundo no plantean un cambio de raíz frente al capitalismo, ya que pretenden cambiar sus dirigentes, escaparse de su centro o aislarse de él por medio de la meditación.
Analizar las tendencias presentes en Cyberpunk 2077 nos revela que este futuro distópico no está tan desconectado de nuestro presente. A través del mundo de este videojuego, podemos ver que el avance tecnológico por sí solo no lleva a una mejora en la calidad de vida de la mayoría. En este caso, ha sido utilizado como herramienta para perpetuar y exacerbar las desigualdades. En Night City, las megacorporaciones gobiernan sin una oposición significativa, y la tecnología, en lugar de liberar a las personas, las ata más firmemente a una existencia desesperante.
En nuestra realidad, pese a las sucesivas crisis del capitalismo, el sistema sigue reinventándose porque logró cooptar nuestro deseo y nuestra identidad: hoy, pensamos en quiénes somos a partir del nicho de productos que consumimos, ya sea el cine, las redes sociales, los videojuegos, la tecnología, los libros, la televisión, el fútbol o lo que sea. En conjunto, ideas que subyacen al gobierno de Night City, como la preponderancia de la libertad de mercado por sobre el bienestar de las personas y la necesidad de que el Estado abandone su rol de regulación, toman cada vez más relevancia y espacios de poder. Tanto en la esfera de nuestra intimidad como en el ámbito público, podemos encontrar los vértices que nos acercan a una realidad distópica como la de Cyberpunk 2077.
La imposibilidad de escapar a la presión por alcanzar el éxito en el marco de la competencia entre individuos que exige este sistema nos empuja a la ansiedad y la depresión, mientras somos incapaces de imaginar algo distinto.
Siguiendo la idea del realismo capitalista de Mark Fisher, si no estamos dispuestos a pensar críticamente el modelo que rige la división social del trabajo en nuestro día a día, no podremos imaginarnos el desarrollo de un futuro diferente al que existe en la Night City de 2077. Sin una alternativa coherente, seguiremos padeciendo nuestra auto explotación deseando vivir mejor.
Referencias
1 Fisher, M. (2016) Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?. Caja Negra: Buenos Aires.
2 Bauman, Z. (2003) Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica: Argentina.
3 Fisher, M. (2016) Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?. Caja Negra: Buenos Aires
4 CD Projekt RED. (2020) Cyberpunk 2077 World Compendium. Página 2. (Traducción propia)
5 https://cyberpunk.fandom.com/es/wiki/Arasaka#Productos_principales_y_prop%C3%B3sito
6 Escena completa: https://www.youtube.com/watch?v=l1Swt1Hz108
7 Idem: https://www.youtube.com/watch?v=i8jho78_riY
8 Idem: https://www.youtube.com/watch?v=n8ob6qeEfgE
9 Ídem: https://www.youtube.com/watch?v=ywrthlITJJk
10 Williams, A. y Srnicek, N. Manifiesto por una política aceleracionista en Avanessian, A. y Reis. M (Comp.) (2017) Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo. Caja Negra: Buenos Aires. (P. 47)
Referencias bibliográficas
Avanessian, A. y Reis. M (Comp.) (2017) Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo. Caja Negra: Buenos Aires.
Bauman, Z. (2003) Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica: Argentina.
CD Projekt RED. (2020) Cyberpunk 2077 World Compendium.
Fisher, M. (2016) Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?. Caja Negra: Buenos Aires.
por Facundo Minervino